viernes, 3 de abril de 2009

Walerian Borowczyk

Kwilcz, Polonia, 1923-París, 2006 Este autor, llamado Boro por los franceses, país donde desarrolló prácticamente toda su carrera, es conocido -poco conocido, a decir verdad- básicamente por sus largometrajes de imagen real clasificados como "eróticos", obviándose sus magníficos cortos de animación y su único largo de este género, todos ellos producidos durante las décadas de los años 50 y 60. Algo lamentable (ese olvido) que aquí, en Cartoonia, queremos enmendar. Borowczyk (que a partir de ahora llamaremos Boro, por razones... de comodidad) fue un artista polifacético -pintor, grafista, escritor- que volcó todas estas cualidades en su carrera como cineasta. Después de acabar sus estudios en la Academia de Artes de Varsovia en 1951, obtiene el Gran Premio de Grafismo por sus carteles de cine. En esos años, en plena guerra fría, se iba consolidando en Polonia una escuela de diseño gráfico conocida por sus rompedores carteles de cine y teatro, en paralelo con la también reconocida escuela de animación de este país europeo. Sus primeras películas de finales de los años 50 son fruto de su colaboración con Jan Lenica, compañero de estudios que, al contrario de Boro, nunca abandonó el grafismo y la animación. De 1957 son Había una vez y Los sentimientos recompensados (premio León de Plata en Venecia), y en 1958 realizan La casa (Dom) (Gran Premio en la Exposición Universal de Bruselas) y Szkola (Escuela). Debido a la influencia de Lenica, Boro utiliza papeles recortados y el collage. Después Boro se instala en Francia, un gran polo de atracción para artistas y cineastas de toda Europa: otros animadores polacos como Piotr Kamler y el propio Lenica, o el húngaro Peter Foldes, también fueron "abducidos" por este país. Así, el primer corto que hace en Francia, con Chris Marker, es Les astronautes (1959) (1ª parte, 2ª parte). De 1963 es L'Encyclopedie de grand-maman, en donde utiliza cromos infantiles del siglo XIX, páginas de viejas enciclopedias y antiguas imágenes olvidadas. Ese mismo año también realiza una de sus películas más peculiares, Reinassance, una joya protagonizada por viejos objetos tales como muñecas y muñecos, relojes rotos, animales disecados o muebles carcomidos. Sin duda éste y otros cortos influyeron mucho, entre otros, al checo Jan Svankmajer, otro gran artista bastante más conocido que Boro, o a los hermanos Quaid.

Después, en Les jeux des anges (1964) (1ª parte, 2ª parte) podemos encontrar ecos de la ocupación nazi de Polonia, con ese sonido de un tren, de los trenes que llevaban a los campos de concentración; el componente político está ahí, soterrado: "No se puede ser apolítico", diría Boro, aunque añadiría: "Es absurdo pensar que al salir de la fábrica [los obreros] tienen todavía ganas de discutir sobre el trabajo, y de ver y valorar films sobre obreros. Sé que a ellos les gustan mis films porque los transportan a un mundo diferente, incluso si no comprenden inmediatamente el lenguaje. Del resto del público, la gente cultivada tampoco lo comprende". La filmografía de animación se concluye con el corto Diptyque (1967) y con su único largo animado, Le théâtre de M. et Mme. Kabal (aquí los primeros 10 minutos), realizado entre 1962 y 1967 (en 1968 participó en el Certamen de Bilbao), y que se trataba de una apuesta cuanto menos arriesgada, al tratarse de todo un largometraje, esta vez en dibujo animado "tradicional", con una temática específicamente adulta: la historia entre burlesca y poética de una pareja de la cual no se sabe si les une más el amor o el odio homicida, interpretada por unos inquietantes personajes de cortantes líneas geométricas.

El personal mundo de animación de Boro, lleno de atmósferas surrealistas, toques de humor negro y poesía, utilizando las más variadas técnicas, llega a su fin, tal vez debido a motivos económicos, y a partir de 1968 se dedica a los largometrajes de imagen real, realizando Goto, la isla del amor y Blanche, un cuento medieval inspirado en Shakespeare; ambas películas interpretadas por Licia Branice, su esposa. Pero será más conocido en los 70 y 80 debido a sus películas claramente eróticas, con las cuales se trabajó una fama de "escandaloso", a pesar de que siempre procuró evitar la grosería y vulgaridad que tantas veces van unidas a este género. Como Cartoonia es un blog de animación, no entraremos en detalle a hablar de esa nueva etapa, pero para el interesado mencionaremos sucintamente las películas que hizo: Cuentos inmorales (1974), con Paloma Picasso en el papel de la perversa condesa Bathory; La Bestia (1974); La historia de un pecado (1975); Le Marge (1976); Interior de un convento (1977), sadomasoquismo y religión, interpretada también por su esposa, morbo asegurado; Tres mujeres inmorales (1979); Emmanuelle 5 (1987), perteneciente a la famosa saga; y Ceremonia de amor (1988).

También realizó unos films de carácter documental: Une collection particulière (1973), Escargot de Venus (1975), L’amour monstre de tous les temps (1977)... ¡Ah, pero en 1984, sorpresivamente, Boro volvería a la animación con un magnífico corto, Scherzo Infernal! En Animation World Network le han dedicado un sitio, en el que podemos ver un listado de toda su filmografía y, lo más interesante, una galería de fotos y dibujos de sus películas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena reseña. Boro y Lenica son dos de los grandes nombres de la animacion europea del siglo pasado. Nadie más moderno ni más vanguardista que ellos. Renaissance y Laberynth son maravillosos. ¡Polonia, qué gran país!

Rafa Murillo dijo...

Sabía que te gustaría, jeje...


LinkWithin

Blog Widget by LinkWithin